De mi, no se ni mi nombre, pero desde hace tiempo que me ronda por la cabeza el nombre de Capullares de Mendizábal,asi que a partir de este momento este será mi nombre.
Del lugar donde nací, tampoco se, pero creo que soy de algún lugar de la Mancha, como Don Alonso Quijano, y digo esto porque me sale del “ pijo “ que según creo que una expresión de por esas tierras.
-Mi memoria, no es mas que destellos que vienen y van y tan siquiera se si me pertenecen o son prestados.
Puedo deducir, que si algún oficio tengo, no será ni de cura ni relacionado con los números, porque tanto en un como en otro caso no van con mi naturaleza.
Y poco más puedo decir de mi mismo, más que contar lo que en mi corta memoria encuentro de vez en cuando.
Tengo un recuerdo que en ocasiones se fija en mi pensamiento.En cierta ocasión
me encontraba en una iglesia de pueblo,era un día de San Miguel, de no se que año, pero de hace mucho, en el que un cura desde el pulpito, daba un sermón,alabando las virtudes de la mujer;
La mujer, es un ser creado por Dios y puesta en la tierra para servir al marido,"decia el susodicho cura" con su abnegación, su virtuosidad, su entrega, su fidelidad, su moralidad, su comprensión etc.
Al cabo de un rato de exponer todas estas y algunas otra virtudes, sobre la mujer, que según este cura son las cualidades, que toda mujer que se precie, debe ostentar. No se sabe ni como ni porque,el parroco se soltó de manera encolerizada con esta acusación.
-"Se de buena tinta, que ninguna mujer de este pueblo lleva bragas…" a lo que seguido de un silencio sepulcral, se oyó la voz del alcalde que le replico, -¡señor cura ¡ la mía si lleva…- a lo que el párroco contesto con voz firme y segura… -También lo se-.
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